Buenos días queridas madres de familia, es para mí un gusto saludarlas en este día dedicado a ustedes.
No existe ningún ser en la tierra que merezca mayor cariño, reconocimiento y veneración, que aquella que desde sus entrañas antepone sus sacrificios y sus alegrías por darnos la vida.
Como hijos debemos recordar que si bien hay un día consagrado especialmente a las madres, en realidad para los buenos hijos, todos los días del año deben ser día de la madre. Para una madre el hijo es hijo todos los días; así que honrémosla, siempre y a través del tiempo, demostrándole que sus esfuerzos no ha sido en vano, que sus desvelos y atenciones para con cada uno de sus hijos ha valido la pena.
Como Institución educativa hubiésemos querido homenajearlas como es debido, pero las condiciones sanitarias que aún prevalecen nos lo impiden, pero desde aquí y por este medio, va nuestro más sincero reconocimiento a todas ustedes queridas madres de familia. Reconocemos sus sacrificios, reconocemos su dedicación y reconocemos todo el amor que siempre están dispuestas a brindar.
Por último quiero despedirme de ustedes con la frase de una poesía hermosa del escritor yucateco Antonio Mediz Bolio:
¡¡Mater admirabilis!!
Santas madres nuestras
Que nos dieron todo
Sin pedirnos nada.